Ventajas de conocer tu nivel de solvencia

¿Te has parado a plantearte qué es el nivel de solvencia?

El nivel de solvencia es un concepto financiero que necesitas conocer, ya que es un indicador de tu capacidad a la hora de hacer frente a deudas y obligaciones económicas que hayas adquirido. Es decir, es ese colchón que supone un seguro para estar tranquilo a la hora de cubrir tus necesidades económicas. Si, por ejemplo, un mes hay un imprevisto, y tienes que desembolsar una importante cantidad de dinero, el nivel de solvencia indicará hasta dónde es posible llegar sin que afecte a los gastos básicos mensuales, como las facturas, etc.

 

Pero el nivel de solvencia no es una cifra que puedas consultar mirando el extracto bancario sin más, para ver cuánto dinero hay en las cuentas. La solvencia económica viene determinada precisamente por el banco, que cruza datos financieros de la empresa o de la persona que lo solicita, y evalúa la relación entre el dinero que hay, el que debe mover para trabajar (las nóminas, el alquiler, las facturas, etc), y las deudas contraídas. Así se demuestra la solvencia económica de un particular o una empresa, siempre y cuando el resultado de este cruce de operaciones sea positivo, y muestre mayores ingresos que dinero que sale de las cuentas.

 

Pero los beneficios de una empresa o una persona, o su liquidez, no se miden únicamente según la cifra económica del dinero que tiene en el banco. Dentro del nivel de solvencia también se tiene en cuenta el valor del patrimonio que pueda haber, como por ejemplo una cuenta de ahorro que da beneficios en forma de intereses, propiedades, o inversiones financieras rentables.

 

El banco calcula el nivel de solvencia porque necesita conocer el riesgo que supone la concesión de un préstamo

 

¿La solvencia es lo mismo que la liquidez?

 

La liquidez es el efectivo, la capacidad de hacer frente a pagos simplemente con una orden bancaria para hacer una transferencia o, incluso, con dinero en metálico. La liquidez hace que una persona solvente. Permite hacer frente a los pagos.

 

Pero no es lo mismo que ser solvente

 

Puede que tengamos una deuda fuerte como consecuencia de una mala inversión. En un momento dado, cobramos una factura que nos permite hacer frente al pago. Tenemos liquidez, pero no solvencia. Si fuese solvente sería posible adquirir deudas sin riesgo elevado, ya que en un momento dado se puede necesitar un préstamos para un gasto extraordinario. Pero normalmente ingresamos más de lo que gastamos, por lo que a final de mes el balance de cuentas sale positivo. Eso es ser solvente.

 

La importancia de ser solvente

 

Es fundamental conocer el nivel de solvencia que tenemos. Siempre que podamos probar que somos solventes vamos a tener mayores facilidades a la hora de solicitar créditos en entidades financieras. Si la entidad constata que somos solventes pondrá a nuestra disposición condiciones más ventajosas para prestarnos dinero, así como mayores cantidades. Saber que somos solventes tranquiliza a la entidad, que sabe que el pago del dinero prestado está garantizado.

Además, dentro de esas ventajas que tendremos gracias a ser solventes, podremos permitirnos negociar con la entidad las condiciones más ventajosas para nuestra situación. Por ejemplo, las tasas, las cuotas, los costos de la operación, o los intereses a la hora de devolver el dinero. Seguramente el propio banco además tenga sus propias ventajas para atraer a los clientes solventes que solicitan sus servicios.

 

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