El ratio de solvencia es una medida usada en el mundo empresarial. Nos permite saber si un negocio concreto puede hacer frente a las deudas que tiene. No solo es importante como información (para saber en qué estado se encuentra tu negocio). También es una carta de presentación sobre el estado de salud financiero de tu empresa.
Como decíamos, se trata de determinar si una empresa tiene activos suficientes para hacer frente a todas sus obligaciones de pago en un momento dado. De esta manera, podríamos considerarnos solventes si con las suma del efectivo, las cuentas corrientes, los derechos de cobro, los bienes inmuebles y el mobiliario del que dispongamos, podemos afrontar nuestras deudas. Nótese que el activo no se refiere solo al dinero líquido del que dispongamos.
Ratio de solvencia: como calcularlo
Para acreditar que nuestro negocio sea solvente, debemos revisar nuestro balance de situación. A partir de los datos que encontremos, sumaremos los activos (corriente y no corriente), y los dividiremos entre los pasivos. Importante: no se incluye el patrimonio neto en la operación realizada. El resultado indica que tu negocio se encuentra en una determinada situación financiera. Si es menor a 1,5, quiere decir que no se tiene la solvencia suficiente todavía para afrontar las deudas. Es decir, conseguir financiación sería más difícil. Por el contrario, si es superior, la situación tampoco es ideal. Aunque supone que tenemos las cuentas saneadas, también índica que tenemos demasiado activo corriente (que corre el riesgo de perder valor según pasa el tiempo). Lo ideal es que el ratio se de 1,5.
Este ratio es usado por los bancos para decidir si financiar a un cliente o no. También es importante saber si tenemos alguna deuda sin pagar, ya que eso nos descalificaría automáticamente a la hora de pedir un crédito.
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