Como hemos explicado en otros artículos, ahorrar es la clave para alcanzar la estabilidad financiera. Una vez conseguimos un pequeño patrimonio en ahorros, es esencial saber qué hacer con ese dinero. En este texto, te hablamos de los planes de ahorros.
Planes de ahorros: qué es
Se trata de un producto financiero que es fácil de contratar y que sirve para planificar ese dinero que te sobra mensualmente para ir generando un colchón de dinero. Se categoriza dentro de los productos de inversión y ahorro y es ideal para aquellos que no quieren arriesgar con fondos de inversión o capital riesgo (las entidades tienen obligación de devolver, al menos, el 85% de lo invertido). Eso sí, la rentabilidad es menor: en el mundo de las finanzas, a mayor riesgo, mayor rentabilidad (y viceversa).
Es una manera de obligarte a ahorrar una cantidad fija mensual. En vez de meter el dinero sobrante, este ahorro computaría como un gasto más. Así, todos los meses se convierte en una obligación reservar una cantidad fija para el plan de ahorros.
La necesidad de contratar uno viene determinada por la previsión que haga el interesado de sus gastos. Si, por ejemplo, tiene hijos, es un producto financiero muy recomendable. Para sacar beneficio de ello, necesitas al menos 5 años para obtener ventajas fiscales, por lo que está dirigido a un perfil conservador en las finanzas.
Tipos de planes de ahorro
Los planes de ahorros tienen dos tipologías:
- Seguro Individual de Vida o Ahorro a largo plazo (SIALP): es un producto que ofrecen las compañías aseguradoras. El ahorro se produce a través de un seguro de vida.
- Cuenta Individual de Ahorro a largo plazo (CIALP): son las compañías financieras (bancos) las que se encargan de comercializarlos. La cantidad ahorrada se acumula en una cuenta depósito.
Ventajas
- No pagas impuestos en los primeros 5.000 euros invertidos si lo conservas en el plan durante el primer lustro. Si lo sacas antes de este tiempo, hay que tributar al 19%.
- Como hemos aclarado antes, ela entidad te asegura el capital hasta, como mínimo, el 85% de lo invertido.
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