Al hablar de impagos se hace referencia al incumplimiento de las obligaciones de un préstamo o crédito. Ciertamente, eso es algo que tenemos bastante claro. El problema radica en que esta falta de compromiso se ha convertido en uno de los mayores problemas de las empresas. A tal punto que muchos se han visto obligados a cerrar su negocio. Por ello, es muy importante denunciar a tiempo esta falta.
Entonces, el impago se presenta cuando una deuda no ha sido saldada en la fecha establecida. Ahora bien, para poder reclamar esta falta de compromiso es fundamental que esté respaldada por un documento previo o una factura; donde se detalle la fecha de pago, el monto de la deuda y firma del cliente. Dado lo delicado del asunto es esencial que conozcas cuáles son las causas y consecuencias de un impago.
Causas de un impago
Si bien muchos impagos surgen a raíz de la falta de liquidez o solvencia de los deudores, no son determinantes. Existen otros factores que también pueden propiciar esta molesta situación. Entre los que destacan elementos circunstanciales, culturales y emocionales. Incluso, el nivel intelectual del deudor. Dado las múltiples fuentes que pueden suscitar este problema, el acreedor debe emplear distintas estrategias de cobro.
- Problemas financieros
Como mencionamos anteriormente, algunas de las causas habituales de los impagos son la falta de liquidez y los problemas financieros. Por lo general, esto sucede cuando el deudor sufre un desfase de tesorería entre los cobros y los pagos. Lo que no le permite hacer frente a todos los pagos operativos y financieros. Por tanto, seguirá incumpliendo su deuda.
- Factores económicos
Además de los problemas financieros y la falta de liquidez, los factores económicos también son una de las principales causas de los impagos. Sencillamente, porque hay muchas empresas que no gozan de suficientes recursos y rentabilidad para garantizar la viabilidad de un negocio. Un ejemplo claro de esto son las ventas bajas, es decir la salida del producto o servicio.
- Desempleo
Otra de las causas de los impagos es el desempleo. En esta penosa situación, donde el dinero apremia, es natural que se tengan otras prioridades. En consecuencia, las otras obligaciones financieras terminan en un segundo plano. Y si a eso le sumamos la disminución de la renta y el aumento de la inflación es aún más complicado. Básicamente porque el dinero pasa a valer menos.
- Causas circunstanciales
La vida es en vaivén de momentos, algunos buenos y otros malos, ¡eso es innegable! Sin embargo, cuando el deudor atraviesa dificultades circunstanciales, como alguna enfermedad, pérdida de un cliente importante o quizás un siniestro. Estas situaciones delicadas pueden afectar el desempeño del deudor y derivar en impagos. Por ello, el acreedor deberá ofrecer un acuerdo transaccional que sea viable.
- Ausencia de educación financiera
Sin dudas, la ausencia de educación financiera es unas de las principales causas de los impagos. Esto sucede porque muchas personas desconocen el valor del dinero. Por ende, esa ignorancia provoca que las personas terminen endeudándose deliberadamente. En consecuencia, generan gastos indebidos y acúmulo de cuentas para pagar.
Entonces, esa ausencia de educación financiera se traduce en una falta de cultura empresarial. En estos casos, el deudor, teniendo dinero, no paga porque su falta de ética no se lo permite. Simplemente, porque su conducta es así. Se puede ver como algo negativo arraigado en su compartimiento, producto de las malas enseñanzas de su entorno social.
Consecuencias de un impago
Una de las consecuencias más obvias de los impagos es la pérdida de liquidez para la tesorería de la empresa. Ahora bien, esta falta de compromiso también puede provocar un aumento del activo circulante. Así como un incremento desmedido de la masa patrimonial realizable. Incluso, provocar una elevación del pasivo a corto plazo con el coste, el cual permite financiar las cuentas de clientes vencidas y no cobradas.
De igual forma, un impago puede desencadenar un desequilibrio financiero y afectar negativamente la imagen financiera en los análisis de estados financieros. Y, no solo eso, también ocasiona un aumento de los costes financieros derivados de las necesidades de financiación de las cuentas impagadas. Inclusive, propiciar una disminución de los márgenes de beneficios.
Adicional a lo anterior, los impagos también mal ponen a las empresas frente a las entidades bancarias. Pues, las entidades bancarias son muy cautelosas con los clientes que sufren muchas devoluciones. De hecho, los consideran de alto riesgo. Posiblemente por ello es que les exigen mayores garantías. Sin dudas un impago implica muchos factores negativos.
Como has podido notar, las consecuencias de un impago van desde de un desequilibrio financiero hasta un mal historial crediticio. Sin embargo, el Código Penal no lo califica como delito, mientras el deudor no se declare en quiebra de manera deliberada. En todo caso, lo que realmente sucede es que al deudor se le podrá embargar la nómina, propiedades y enfrentará a un desahucio.
Cifras de los impagos en España
De acuerdo a un informe presentado por la consultora EY, la tasa de impagos ha aumentado en España. Aunque la calidad de los préstamos concedidos aminora los riesgos para la banca. En específico, señala que “la tasa de morosidad prevista en España es del 4,6% y 4,5% en 2022 y 2023, respectivamente. Ahora, en la Eurozona, los porcentajes de aumento se encuentran entre los 3,4% y 3,9%”.
Por otro lado, en un informe presentado por la plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) se indica que medio millón de empresas en España están en riesgo de quiebra principalmente por el retraso en sus pagos. De igual modo, destaca que el 61% de las empresas que pagan tarde o retrasan son las más grandes. Mientras que solo un 20% pagan dentro del plazo legal.
¿Por qué denunciar un impago?
Defender nuestros derechos y reconocer nuestro trabajo de ser una bandera. Por eso debemos denunciar los impagos. Si bien hay personas que por motivos comprensibles no pueden saldar la deuda, hay quienes actúan de forma deliberada. De allí, la necesidad de denunciar un impago para que los entes pertinentes realicen las averiguaciones necesarias y el conflicto culmine en buenos términos.
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