Financiarse con las tarjetas de crédito es algo que en momentos de dificultades económicas o grandes gastos muchas personas se plantean.
Principalmente, financiarse con el banco significa que, a la hora de desembolsar un dinero, el banco te lo adelanta y tú se lo devolverás (generalmente a plazos), eligiendo entre las diferentes condiciones que te ofrecen (dependiendo de las cuotas elegidas, el tipo de interés, o los gastos de cancelación, por ejemplo).
En este artículo, desde Ibercheck, os explicamos qué opciones tienes y cómo realizar estas transacciones de la mejor manera. Por ello, si quieres saber más, sigue leyendo.
¿Cómo se hace?
Lo primero que tenemos que comprender es la diferencia entre tarjeta de crédito y tarjeta de débito.
Las mayores diferencias:
- El pago: el usuario, con la tarjeta de crédito, realiza una compra y la deuda se salda el mes siguiente sin necesidad de que en la cuenta esté disponible el importe a desembolsar en el momento en el que se realiza la compra. En el caso de la tarjeta de débito, el dinero debe estar en la cuenta y se retirará directamente en el momento en que se lleva a cabo la compra.
- Los intereses: la tarjeta de débito no implica intereses por pagar con ella pero sí por mantenerla. En cambio, en la tarjeta de crédito sí que hay intereses hacia la entidad financiera debido al adelanto de la deuda.
- La financiación: el pago sólo se puede aplazar si es una tarjeta de crédito y las maneras de realizarlo las explicaremos a continuación.
Como resumen y a grandes rasgos, debes saber que los pagos con tarjetas de crédito se realizan hasta el límite de crédito que esté previamente negociado con el banco.
Maneras de financiarse con tarjetas de crédito
A la hora de plantearse el uso de la tarjeta de crédito para realizar una compra que pagarás en un futuro cercano, la entidad financiera te ofrece tres caminos u opciones diferentes para devolver ese dinero:
- Pagar una cantidad fija al mes.
- Pagar un porcentaje sobre la deuda al mes.
- Fraccionar durante un número determinado de meses.
Pagar una cantidad fija al mes
Sabemos de esta manera cuánta cantidad vamos a pagar y así se puede controlar mucho mejor el coste.
Pagar un porcentaje sobre la deuda al mes
De esta forma, encontramos una financiación similar a la anterior pero sin conocer cuánto vamos a pagar (no en total, ni mensualmente).
Fraccionar durante un número determinado de meses
Se reparten la cantidad de dinero y los intereses correspondientes a la deuda. De esta manera sabemos la modalidad al final de la operación y controlamos mejor el coste.
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